viernes, 7 de octubre de 2011

EL SEÑOR CAUTIVO DE AYABACA

La festividad del Señor Cautivo de Ayabaca, congrega en este mes de octubre a miles de fieles, quienes llegan a pie o en alguna movilidad disponible, no importa el medio, cada año se repite este ritual.
El Señor Cautivo de Ayabaca es una de las imágenes que más pasión despierta en los fieles. Hay piuranos que residen en lugares distantes, incluso en el extranjero, que llegan para participar en esta festividad. También llegan fieles de países vecinos, como Ecuador y peruanos de distintas ciudades quienes se congregan para adorar y pedir sus milagros.
Existen varias historias que explican el origen de la devoción al Señor Cautivo de Ayabaca, una de las más difundidas es la que cuenta que tres hombres vestidos de blanco llegan a Ayabaca. Eran artistas talladores. Ellos se comprometen a esculpir una imagen de Jesucristo a condición de que el pueblo guardara absoluta reserva sobre su presencia.
Nadie, además, debía interrumpir su trabajo y los alimentos les serían servidos al amanecer. Nadie debía verlos trabajar. Pero, la curiosidad pudo más, pasó el tiempo y varios se animaron a ver los avances del trabajo de los misteriosos caballeros. Los pobladores se acercaron a la casa, llamaron insistentemente y, al no tener respuesta creyeron que se habían burlado de ellos. Al forzar la puerta no encontraron a nadie y la comida estaba intacta, pero en el fondo de la habitación se alzaba imponente la escultura de un Nazareno con las manos cruzadas.
Otra historia relata que a mediados del siglo XVIII un humilde campesino, al rozar los árboles de totoral, observó que de un tronco brotaba un líquido rojo como la sangre de una herida. Se llenó de fe e inspirado en ello talló el madero para forjar la imagen de Jesucristo.
Existen otros relatos, algunos investigadores creen que es una reminiscencia de un culto a dioses prehispánicos, como ocurre con otras devociones. Lo cierto es que la fe se mantiene inquebrantable en el pueblo de Ayabaca y sus alrededores.

San Francisco y los Franciscanos

Nació en Asís (en el centro de Italia) en 1181, por lo que es llamado "Francisco de Asís". Francisco procedía de una familia rica. Su padre era comerciante de telas. Vivió como todos los jóvenes de su edad y de su época diversas experiencias: las fiestas, las escapadas e incluso las guerras, durante las cuales fue hecho prisionero y sufrió enfermedades. Durante su convalecencia, sintió una insatisfacción profunda ante la vida. Buscó, miró a su alrededor, pero su pregunta quedó sin respuesta...
Un día, escuchando un pasaje del Evangelio, le llegó la respuesta a lo que buscaba: pasar la vida amando a toda la creación. Transformó entonces su vida, se hizo pobre, tomo la tarea de anunciar el mensaje de alegría, de esperanza y de amor contenido en la Biblia, y de llevar la paz a todas las gentes y a toda la Creación. Se vistió de un sayal gris y se ciñó con un cordón. Se vistió con los vestidos de los pobres de su época.
Toda su vida se convirtió en una anuncio y trabajo en defensa de la solidaridad con los pobres, los disminuidos, los marginados. Denuncia las injusticias y se opone a toda apropiación. En la oración encuentra su fuerza para amar y para ayudar a los otros. Un día descubre que toda la Creación forma una gran familia, una especie de fraternidad universal. Entonces invita a todos los hombres a cantar al Señor, al amor mutuo y al respeto de nuestra madre tierra, de nuestra hermana la luna, de nuestro hermano el sol...
Sus hermanos frailes querían convertir la fraternidad en una orden como las otras que existían: con grandes conventos, mucha organización, dedicación al estudio... e intentaron quitarles la gran libertad que tenían de ir de un lugar a otro y vivir en chozas y lugares abandonados. Eso reportó a Francisco un gran dolor.
Al final de su vida, resume en el "Cántico del hermano sol" sus enseñanzas sobre el respeto y el amor que todos los humanos deben tener hacia todas las criaturas de Dios. Reúne así las preocupaciones de los que cuidan la defensa de la naturaleza, de los animales y del medio ambiente. Por esto se le nombró en 1979 "patrón de los ecologista".

DÍA DE LA PAZ

Cada año, el 21 de septiembre se conmemora en todo el mundo el "Día Internacional de la Paz", el cual fue declarado en 2001 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para "conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación y cada pueblo".
La Asamblea General declaró que ese día se observaría la cesación del fuego y la no-violencia a nivel mundial, e invitó a todos los Estados Miembros, a las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, a las organizaciones regionales y no gubernamentales y a los particulares a celebrar el Día, realizando, entre otras cosas, actividades educativas y de sensibilización de la opinión pública.
Si queremos construir el futuro debemos actuar de inmediato y de común acuerdo, para que la paz y la no-violencia sean una realidad para todos los seres humanos.
El aumento de la violencia y los conflictos en diversas partes del mundo hacen de gran importancia la reflexión y la acción para construir y fortalecer una cultura de paz en la sociedad
La Cultura de Paz es el conjunto de valores, actitudes y comportamientos que reflejan el respeto de la vida, de la persona humana y de su dignidad, de todos los derechos humanos; el rechazo de la violencia en todas sus formas y la adhesión a los principios de democracia, libertad, justicia, solidaridad, cooperación, pluralismo y tolerancia, así como la comprensión tanto entre los pueblos como entre los grupos y las personas sin importar sexo, etnia, religión, nacionalidad o cultura.
En la construcción de una cultura de paz es de gran importancia prevenir los conflictos atacando sus causas mediante el diálogo y la negociación; reconocer la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres; así como la libertad de expresión, opinión e información.
Para que nosotros mismos y las generaciones venideras podamos cosechar los frutos de esta Cultura de Paz, debemos actuar desde ahora. Es preciso:
• Fomentar la educación para la paz, los derechos humanos y la democracia, la tolerancia, y la comprensión internacional;
• Proteger y respetar todos los derechos humanos, sin excepción alguna, y luchar contra toda forma de discriminación;
• Promover los principios democráticos en todos los ámbitos de la sociedad;
• Vivir la tolerancia y la solidaridad;
• Luchar contra la pobreza y lograr un desarrollo sostenible en provecho de todos, capaz de proporcionar a cada persona un marco de vida acorde con la noción de dignidad humana;
• Proteger y respetar nuestro medio ambiente